Los vecinos más desesperados de Merced 212 dicen que en Habana Vieja las cosas solo se resuelven de una manera y que esa manera es el escándalo. Más cuando se trata de viviendas y hay que resolverlas con urgencia. Saben que si algo no soporta el gobierno es que la gente saque el perro muerto de su casa. Que los problemas se vuelvan públicos. Fue por eso que el lunes 11 de septiembre decidieron sacar a la calle butacas, sillones, un banco; lo que estimaron suficiente para hacerse notar y recordar a las autoridades que aquí, en un edificio declarado inhabitable, seguían habitando 16 familias: 44 personas, 11 menores de edad, 3 embarazadas.

El día anterior, que era el día después del huracán Irma, al revisar el inmueble, habían descubierto que lo peor había empeorado. Las grietas que ya estaban se habían agrandado y otras habían aparecido. Irma apenas había rozado La Habana al salir de Cuba rumbo a La Florida. El ojo pasó a unos 140 kilómetros. Pero La Habana, en especial esas hermanas caídas en desgracia que son Habana Vieja y Centro Habana, solo necesitan que las roce un huracán para estremecerse desde los mismísimos cimientos y, en ocasiones, colapsar.

Merced 212 no colapsó con Irma. Se estremeció, pero no colapsó. Tuvo dos derrumbes parciales: unos cuantos ladrillos que se desprendieron y algunos trozos de balcón. Nada alarmante. Lo usual con las tempestades más ordinarias, así que es un buen resultado para un huracán.

El problema, aseguran sus habitantes, son las grietas que permiten a los ojos mirar del otro lado. Las grietas en los muros de carga, en la azotea, en los techos de las viviendas.

A solicitud de Olga Fresneda, vecina del tercer y último piso, un arquitecto de la Dirección Municipal de Vivienda acudió a examinarlo en la mañana del 11 de septiembre y confirmó el agravamiento del caso. En una hoja de papel escribió y firmó una “Notificación de Peligro”, en la que advirtió que se evidenciaban “afectaciones hacia el muro perimetral ya en desplazamiento activo y existencia de agrietamiento” y recomendó trasladar a albergues o viviendas a los residentes de la última planta.

El dictamen técnico oficial, que lleva cuño y sello, quedó en confeccionarlo en los próximos días. Los vecinos, tres semanas después de su visita, no han vuelto a tener noticias suyas.

Después de Irma, Yuliet Miranda, la hija de Olga de 16 años que tiene 36 semanas de embarazo, no ha vuelto a subir al cuarto que su esposo y ella recién terminaron de reparar con motivo de la niña que va a nacer. Repellaron paredes y techos. Taparon sus grietas. Pintaron de azul, blanco y rosado.

Claro que sabían que el edificio estaba declarado inhabitable y que el último piso era el peor de todos. El edificio está en mal estado desde hace 50 temporadas ciclónicas. Pero la gente de aquí lleva demasiado tiempo haciendo lo mismo: preparando derretidos de cemento y arena, atravesando vigas, colocando parches, tumbando pedazos podridos, pintando y volviendo a pintar. Y eso, vivir en pugna con el deterioro y el clima, es lo normal.

Sus habitantes, en algún punto, determinaron no esperar a salir de lo inhabitable para comenzar a vivir sus vidas; sobre todo, porque nadie nunca ha sabido, como tampoco nadie lo sabía antes de Irma, ni nadie lo sabe ahora, cuánto tiempo hay que esperar.

—No es que seamos conformistas –dice Olga, la madre de Yuliet–, nosotros nos hemos movido, pero nunca nos han hecho caso, o nos han dado respuestas negativas: no se puede hacer nada, no tenemos, no hay. Y una no tiene para dónde irse.

Olga, en la azotea (Foto: Ismario Rodríguez)

Olga, en la azotea (Foto: Ismario Rodríguez)

También, en algún otro punto, pudieron haber dejado de creer que saldrían de lo malo y que esto era todo, su suerte, su cruz, lo que les tocaba.

No es raro, teniendo en cuenta los antecedentes, que hoy muchos vecinos expresen más fe en la resistencia del edificio, que en quienes sean que disponen del poder para salvarlos de un derrumbe. Merced 212, en medio siglo, les ha defraudado menos.

Rita María Abreu, quien ocupa la habitación del fondo de la planta baja, no se evacuó porque su hijo no quiso evacuarse y ese es el único hijo que a ella le queda. El otro se le murió con apenas 27, hace cinco años, y dice que no quiere volver a llorar a otro hijo. Rita no se queda en un edificio en ruinas sino al lado del hijo que no quiere perder.

De acuerdo con los testimonios de los vecinos, al edificio sí vinieron a evacuar.

El sábado, sobre las tres de la tarde, la delegada de la circunscripción apareció, se paró en el patio interior, pidió a los vecinos que se asomaran en los pasillos y, desde ahí, les comunicó que debían salir, sin llevar sus bienes consigo. Unos no entendieron adónde debían ir, otros dejaron de entender cuando escucharon que debían dejar atrás sus bienes, otros no recuerdan ni lo que dijo, otros no se enteraron de que estuvo ahí, otros no estaban a esa ahora en el lugar.

Yiván Torriente cuenta que él estaba, se asomó al pasillo y escuchó, pero que cuando salió como a la media hora para intentar evacuarse, porque tiene un bebé de cinco meses y una esposa embarazada, en la calle no encontró a nadie que estuviera evacuando, ni medios de transporte, ni nada que le indicara qué rumbo tomar.

Jeyser Rodríguez era uno de los que estaba trabajando cuando la delegada vino. Su madre, Martha Fábregas, sí estaba, pero Jeyser de todas maneras ya pensaba pasar el mal rato aquí. Dice que no tuvieron quien les ofreciera refugio y tampoco querían dejar sus cosas solas.

Su madre y él son originarios de Baracoa, una ciudad del Oriente de Cuba, situada a unos 990 kilómetros de La Habana. Aquí llevan solo cinco años. Hay un tío, pero no les gusta molestarlo. A las dos de la mañana, no obstante, tuvieron que molestar al tío.

A las dos de la mañana, una pared del cuarto donde residen empezó a temblar. A Martha la atacaron los nervios. La pared es la pared que tiene una de las grietas más brutales. La gente dice que el día que ocurra el derrumbe, va a ocurrir por ese lado, que el edificio se abrirá como un abanico.

Martha pensó que la profecía del abanico se cumpliría con Irma. Sin embargo, Jeyser regresó a su cuarto.

Una vez que el huracán estuvo lo suficientemente lejos de la Isla, quienes se habían marchado del edificio retornaron. La mayoría, el mismo domingo, como si los riesgos hubieran desaparecido. Pero si algo aprenden los inquilinos de un inhabitable es que si mala es la tempestad, peor es la calma que sobreviene.

Los riesgos no desaparecen cuando el cielo se despeja. Muy al contrario, se incrementan. Lo que las lluvias y el viento no tumban, puede tumbarlo el sol. Los dos derrumbes parciales reportados por los vecinos de aquí ocurrieron en la tarde del jueves 14 de septiembre.

Aunque en Merced 212 ya se pueden escuchar cafeteras colando, ollas de presión, batidoras eléctricas, televisores con novelas y noticias, conversaciones en los pasillos, cantos y rezos afrocubanos, pasos en las escaleras, puertas que se cierran, es decir, los ruidos clásicos de la rutina doméstica en una ciudadela habanera, la posibilidad de una tragedia que interrumpa abruptamente esa rutina no ha disminuido.

Hay familias, las menos, que no han vuelto a dormir en el edificio después del huracán. Las demás no tienen para dónde ir. Su estrategia de protección consiste en exponerse lo indispensable al peligro. Pasan el mayor tiempo posible en la calle y van a sus casas solo a cambiarse de ropa, comer, bañarse y dormir.

También hay quienes han renunciado a la barbacoa y colocado sus colchones cerca de la puerta de salida, que es colocarlos más lejos del techo, y ahí duermen, como se dice, con un ojo abierto y otro cerrado. Yiván, por ejemplo, mal duerme en una butaca junto a la puerta, desde donde vigila el sueño de su esposa y su hijo, al tiempo que presta oídos al edificio, por si le siente estertores que anticipen un derrumbe.

Yiván, el esposo de Blanca y el padre de Jorge (Foto: Ismario Rodríguez)

Yiván, el esposo de Blanca y el padre de Jorge (Foto: Ismario Rodríguez)

Quieren pensar que, si finalmente todo se desploma, el entrepiso que divide la habitación en dos niveles puede servir como contención y soportar lo que sea que caiga y, quizás, ganarles unos segundos para escapar. Quizás.

Ruth Rivera sí decidió marcharse desde 2006 con su hija de seis años, tras un derrumbe atroz que las despertó en la madrugada y las hizo huir despavoridas. Desde entonces, no han vuelto. O no del todo, porque Ruth viene casi a diario. En su cuarto, en el primer piso, es donde se pone y se quita el uniforme de enfermera.

Su trabajo y el preuniversitario donde estudia la hija quedan en este mismo barrio.

Antes de Irma, de vez en cuando ella y la hija se quedaban a pasar la noche. Ahora no. Ahora Ruth no deja a la hija ni siquiera entrar. Su hija está embarazada. Sin embargo, Ruth insiste en que, si bien las han acogido en otro lugar, su casa es el último cuarto del primer piso de Merced 212. Ahí nacieron ella y su hija y esa es la dirección que registran sus documentos de identidad y será donde inscribirán al bebé que nazca.

El último dictamen técnico que se preserva data del año del derrumbe que espantó de manera irremediable a Ruth. (Lo que se derrumbó fue el baño colectivo del cuarto nivel –o tercer piso– y un tanque de hormigón que almacenaba agua). Dicho dictamen habla de “muros agrietados, socavados”, “filtraciones a través de la cubierta”, “peligro inminente de derrumbe en otras áreas” y, al final, recomienda la demolición parcial del cuarto nivel y una reparación capital de todos los niveles.

La recomendación, vale aclarar, no debe entenderse como un plan, ni a corto, ni a mediano, ni a largo plazo. Es, en concreto, una sección del formato de los dictámenes técnicos que no debe dejarse en blanco.

Elizabeth Martínez, vecina del segundo piso, cuenta con un documento más reciente. Se trata de una “Notificación de Peligrosidad” fechada en mayo de 2016. Se la entregaron con motivo de otro derrumbe, que tuvo el mismo origen que el de 2006, y está firmada por un inspector técnico de la Unidad Municipal de Inversiones de la Vivienda de Habana Vieja.

La notificación de Elizabeth, madre de dos niños pequeños, dice, con contundencia, que la habitación que ocupa ofrece peligro para la vida de sus inquilinos y PROHIBE (así, en mayúscula y negrita) “el uso o estancia de dicha área o elemento”. Más abajo, recomienda, “como medida de emergencia y seguridad”, que “sea desocupada inmediatamente” (igual, en negrita).

Un año después de todas esas letras en mayúscula y negrita, Elizabeth continúa en la misma habitación.

Elizabeth en los bajos del edificio, con sus hijos (Foto: Ismario Rodríguez)

Elizabeth en los bajos del edificio, con sus hijos (Foto: Ismario Rodríguez)

El lunes 11 de septiembre, cuando los vecinos más desesperados decidieron sacar a la calle el perro muerto que es el hecho de que el edificio donde viven puede venirse abajo, no estaban intentando poner de manifiesto un problema que causara el huracán Irma. Han debido transcurrir muchos años de papeles inoperantes para llegar hasta las circunstancias actuales.

La orden de albergue más antigua, a nombre de la madre de José Ignacio Perdomo, residente en el primer piso, data de 1967. José Ignacio, quien vino a vivir aquí con un año en 1963, cuenta que Merced 212 se agrietó tras la segunda explosión del barco de vapor La Coubre, en 1960. Sin embargo, han sido el tiempo, la falta de mantenimiento y la hostilidad del clima lo que más ha lastimado la estructura. El edificio se construyó hace más de 100 años.

En La Habana, al cierre de 2015, había más de 34 000 familias con anuencia de albergue, que es decir más de 34 000 familias residiendo en viviendas declaradas inhabitables.

Merced 212 ya no puede continuar tentando la suerte. Lo saben sus vecinos y las autoridades del municipio, que lo han identificado como una de las dos edificaciones del Consejo Popular San Isidro que, por quedar con secuelas de Irma, debe ser evacuada.

En la tarde del martes 12 de septiembre, dos funcionarias de la Unidad Municipal de Atención a Comunidades de Tránsito, institución mejor conocida como Albergue, vinieron para levantar información. En la sala de Ana Victoria Rodríguez, en el primer cuarto de la planta baja, apuntaron nombres y apellidos, carnés de identidad, dictámenes técnicos, órdenes de albergues, títulos de los usufructos y hasta enfermedades, y dijeron que recogieran y empaquetaran sus bienes porque iban a mandar camiones para mudar.

Al anochecer, los vecinos más desesperados guardaron las butacas, los sillones, el banco. Desmontaron la protesta.

El miércoles en la mañana, una funcionaria del Partido Comunista de Cuba del municipio convocó a una reunión en la Casa de Abuelos, justo frente al edificio. Los asistentes recuerdan, especialmente, que les dijeron que tuvieran confianza en el Partido. Confianza en el Partido, confianza en el Partido, confianza en el Partido: es lo que reiteran todos. Como si la funcionaria no hubiera dicho nada más.

Después de ese encuentro, alrededor de las once, un grupo de vecinos se dirigió a la sede del gobierno de Habana Vieja para ver al presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular y averiguar pormenores de su caso. Ahí, el presidente les atendió en la calle y les dijo que estaba buscando una oferta que hacerles. A Yilam Quintero, en específico, le pidió que citara a los vecinos para una reunión a las tres de la tarde, que llegaría con una respuesta, y que les exhortara a no continuar sacando muebles para la calle.

A las tres de la tarde, en las afueras de Merced 212, los vecinos se miraban las caras. A las cinco de la tarde, todavía se miraban las caras y comenzaban a desesperarse. Se preguntaban qué había pasado con el presidente y por qué no había enviado a alguien en su nombre con la respuesta o al menos con una disculpa. Entonces, decidieron jugar dominó.

Si hay que mirarse las caras, más vale no aburrirse. Sacaron los muebles de antes, más una mesa y cuatro sillas para jugar dominó y las pusieron en el mismo medio de la calle.

En menos de dos horas, la policía llegó. Los jugadores de dominó estaban bloqueando la vía. Es cierto que Merced no es una vía muy transitada, pero se transita. Aquello era considerado inadmisible. Pero había varias cosas que los vecinos también consideraban inadmisibles, así que continuaron jugando.

—Yo tengo que hacer algo para que me ayuden, para que nos ayuden… –dice Yiván, que jugó dominó–. Entonces es la amenaza: que si te vamos a llamar a la policía, que si te vamos a llamar a la especializada. Uno no tiene miedo. Y mucho menos cuando la vida de sus hijos está en riesgo. Uno no tiene miedo.

Paredes interiores en el segundo piso (Foto: Ismario Rodríguez)

Paredes interiores en el segundo piso (Foto: Ismario Rodríguez)

Sobre las nueve de la noche, el presidente del gobierno municipal apareció en un auto, acompañado por otras dos representantes del gobierno. Las otras dos representantes permanecieron calladas. Quien habló fue el presidente, que dijo, de acuerdo con los testimonios de quienes asistieron a su aparición, que le dieran un chance hasta mañana, que iba a sorprenderles con una oferta de locales temporales tan pero tan buena, que luego nadie iba a querer irse de ahí cuando fueran a otorgar viviendas.

Al día siguiente, poco después de las cuatro de la tarde, las mismas funcionarias de Albergue que habían estado el martes en la sala de Ana Victoria levantando información llegaron para comunicar que los jefes de núcleos familiares debían presentarse en el gobierno municipal a las cinco de la tarde. Finalmente, les harían saber la oferta.

A las cinco de la tarde, los jefes de núcleo estaban en el gobierno municipal. Ansiosos por que les sorprendieran. Allí había una comisión integrada por cuatro personas sentadas en torno a una mesa redonda. El presidente no era una de esas cuatro personas.

Uno por uno, los jefes de núcleo fueron pasando, daban los datos que ya habían dado en la tarde del martes, escuchaban la oferta. Cada vez que alguien salía, contaba al resto la oferta que había escuchado. En todos los casos era la misma. Y, uno por uno, fueron también rechazando la oferta. Luego, firmaron un documento donde dejaron constancia de su rechazo y retornaron a sus viviendas.

Lo que ofertaron fueron unas oficinas en un edificio de la calle Obispo, que poco a poco iban a ir habilitando. Con baño colectivo. Uno para más de cuarenta personas, incluyendo a los niños.

No habría cocina, ni siquiera colectiva, apenas una meseta donde podrían colocar el desayuno, almuerzo y comida que el gobierno les iba a mandar a diario, mientras estuvieran allí. Sería algo temporal; aunque no sabían precisar cuánto tiempo cabía en la palabra temporal.

Y lo más importante: no podrían llevar para las oficinas sus pertenencias. Todo, sus ropas, sus muebles, sus equipos, tendrían que dejarlo en el edificio. Había que ir con las manos peladas. No a vivir sino simplemente a estar, a estar vivo, como mismo se está vivo en una esquina o en el banco de un parque.

Yilam y otras tres personas han querido aclarar que no aspiran a una habitación en el Hotel Manzana (en el Hotel Manzana Kempinski). Su aspiración es que les oferten algo que cuente con las condiciones indispensables.

Cuando hablan de condiciones indispensables, hablan de un espacio para cada familia con baño y cocina, aunque sea en una única habitación, que es en definitiva lo que tienen en el edificio. Hablan de privacidad y protección. Hablan de llevar consigo sus bienes. Hablan de acceso a los servicios de agua, electricidad y gas. Hablan de algo tan vital como la dignidad.

Ana Victoria, la del primer cuarto de la planta baja, se niega porque no quiere perder sus comodidades. Es una mujer con 67 años de edad y las piernas enfermas, que ha trabajado más de la mitad de su vida. Fueron 23 como maestra de primaria y secundaria, porque ella es licenciada en educación, y otros 20 como vendedora ambulante.

Ana Victoria arma cucuruchos de maní para vender en el día de las Mercedes (Foto: Ismario Rodríguez)

Ana Victoria arma cucuruchos de maní para vender en el día de las Mercedes (Foto: Ismario Rodríguez)

El aula la abandonó en 1998. Su madre era diabética, le salió una úlcera en un pie, quisieron cortárselo, la madre dijo que se mataba, y Ana Victoria se la llevó a su cuarto para cuidarla ella misma. En el Servicio Militar estaba el hijo, que criaba sola. Y como el salario de maestra no alcanzaba, empezó a vender cosas en la calle.

Las comodidades que no quiere perder y por las que está dispuesta a arriesgar su vida son una cocina y un baño azulejados, una barbacoa con escalera –que casi no usa porque le cuesta demasiado subir–, un televisor, un refrigerador, un ventilador, una olla arrocera y algunos muebles. No es que sea insensata o superficial. Ni ella ni ningún otro vecino que plantea la misma disposición.

Si la gente arriesga la vida por lo poco que tienen, es porque le cuesta demasiada vida lograr lo poco que tienen.

Ana Victoria no se aferra a azulejos, ni a un televisor, ni a un refrigerador. Lo que no quiere perder, en realidad, son 43 años de trabajo: de dar clases, de no vestirse, de no pasear, de revender cigarros, de ir detenida por vender sin licencia, de vender tamales en la playa y maní afuera de los teatros, de cambiar el aula por la calle, de un sacrificio tras otro. Ana Victoria, vaya contradicción, se está aferrando a su vida.

Rita, un año menor que Ana Victoria, se enfrenta al mismo conflicto:

—Mientras yo tenga las cosas mías quiero cuidarlas, porque después de los cincuenta años no se hace nada… ¿Cómo voy a recuperar mis cosas si las pierdo?

El presidente del Consejo Popular San Isidro, Silvio Mederos, en entrevista con Periodismo de Barrio, realizada el 22 de septiembre, informó que las dos edificaciones afectadas en esta zona por el huracán Irma que planean evacuar debido al peligro que representan son Merced 212 y San Ignacio 713. San Ignacio 713 acoge a una sola familia, pero conformada por 12 niños y 10 adultos. Sin embargo, no disponen todavía de un sitio para trasladarles.

La Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHC) cedió al gobierno municipal el primer piso del edificio del Grupo de Trabajo Estatal Bahía de La Habana, situado en la Avenida del Puerto, en el mismo municipio, y para ahí trasladarían a los habitantes de ambas edificaciones, pero en estos momentos las oficinas están siendo adaptadas a viviendas y Silvio Mederos no sabe qué tiempo demorará ese proceso. Lo que sí asegura es que, una vez queden listas, las personas podrán trasladar consigo sus pertenencias.

Hasta el sábado 23 de septiembre, en el piso prestado por la OHC había ocho familias alojadas, procedentes de un edificio de Centro Habana, ubicado frente al Malecón, que con las penetraciones del mar ocasionadas por Irma había sufrido múltiples derrumbes (de paredes, techos y columnas) y sus habitantes se habían visto obligados a abandonarlo. Cuenta Andrea García, una de sus habitantes, que cuando les trajeron para este sitio en la noche del 21, llevaban 12 días durmiendo a la intemperie con las pocas cosas que habían conseguido salvar.

Pero las labores de habilitación de este albergue no habían finalizado entonces. Recién comenzaban.

Ese sábado, mientras una brigada constructiva levantaba paredes de cartón yeso (o pladur) e instalaba los servicios sanitarios, las primeras 23 personas albergadas comenzaban a organizar sus muebles y equipos y a recrear la calidez de sus hogares perdidos. De acuerdo con Robin Galindo, administrador del albergue, el plan es adecuar a viviendas un total de 42 oficinas.

No todas tendrían ventanas, solo hay ventanas de un lado, y ninguna tendría baño en su interior. Los baños serían colectivos. Hasta ese momento, había ocho funcionando. Tampoco se pondría gas. El piso es un préstamo temporal y, eventualmente, volverá a ser un centro de trabajo; por lo cual debe alterarse lo menos posible su estructura.

Uno de los destinos posibles (Foto: Ismario Rodríguez)

Uno de los destinos posibles (Foto: Ismario Rodríguez)

Sin embargo, todavía ninguna de las 16 familias, ni la otra de San Ignacio 713, sabe, con certeza, a qué lugar será trasladada.

Yilam, junto con otras tres vecinas, el 3 de octubre acudió al gobierno municipal en busca de una respuesta y, luego de persistir durante casi siete horas y quedarse sola, el presidente la atendió y le comunicó que mantendría la oferta de Obispo, que para ahí podrían ir con sus bienes, una vez que terminaran de adecuar las oficinas. En cualquier caso, corresponde continuar esperando.

Lo único que sí saben los vecinos de Merced 212 es lo que quieren y lo que no. Si a algo temen tanto como a los derrumbes es a los albergues. Nadie concibe el albergue como un espacio transitorio, una escala rumbo a un destino mejor. Un albergue se asocia más con un naufragio que con un refugio. Hay demasiadas historias en su contra.

La familia de 22 personas de San Ignacio 713 vive ahí en condición de albergada. San Ignacio 713 es un local que le entregó la Dirección Municipal de la Vivienda de Habana Vieja, mediante Acta Jurada, por un período de 20 días, porque un derrumbe había destruido el cuarto del edificio donde originalmente residía. Eso fue en enero de 1998: hace casi 20 años.

Y 20 años y doce nacimientos después, la familia de 22 personas espera para ser trasladada a otro albergue, pues en la noche del 9 de septiembre se derrumbó parte del esqueleto del edificio que queda en el patio del local, y Andrés Miranda, de 51 años, quedó sepultado por los escombros. No murió, pero sufrió lesiones graves en la cabeza y en una pierna.

No muy lejos, en el edificio de Obispo, donde primero propusieron evacuar, conviven actualmente tres familias que fueron para ahí por quince días y ya llevan cuatro años.

Es comprensible que los vecinos de Merced 212 no confíen, que cuando escuchen hablar de albergue, no piensen en el sitio donde pasarían una ínfima parte de su existencia sino donde podrían pasar la mitad o la tercera parte de su existencia, los mejores años o los últimos. Por eso exigen que se parezca a una vivienda. En alguna medida, intentan garantizar que, si les olvidan, sus vidas continúen lo más dignamente posible.

En un edificio inhabitable hay miedo al derrumbe y hay miedo al olvido, pero hay también un cuarto que se puede llamar hogar. En un albergue, que no tuviera lo necesario para llamarse hogar, solo quedaría miedo al olvido. Aunque la familia de San Ignacio 713 diría que no, que, en ocasiones, en un albergue también hay el miedo al derrumbe.

Sobre el autor

Mónica Baró

Reportera. Graduada de Periodismo en 2012. Periodista de la revista 'Bohemia' (2012-2014). Egresada del Taller de Técnicas Narrativas del Centro Nacional de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso (2010). Participante del Taller Formación de Formadores (2011) y del Taller Latinoamericano de Comunicación Popular (2013) en el Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Jr. (Cuba). Coordinadora y ponente en el Taller Internacional sobre Paradigmas Emancipatorios (desde 2011). Coordinadora del Proyecto educomunicativo Escaramujo, en Matanzas (2012). Participante de la Corte de Mujeres de los Consejos Populares de Centro Habana (2013). Participante en el Seminario de Construcción Colectiva. Descolonización de saberes: subjetividad y luchas emancipatorias en América Latina y el Caribe, del Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), Costa Rica (2014).

29 comentarios

  • No soy cubano y por lo tanto, por respeto y también por ignorancia, no puedo opinar de casos como el que describe la cronista. Lo único que puedo decir es que me duele lo que está ocurriendo en ese querido país que fue esperanza, faro y guía para el mundo durante los años triunfantes de la Revolución. No creo que los funcionarios se roben el dinero público como ocurre en el sistema capitalista pero por lo visto el resultado es igual y, si se quiere, peor. Me gustan mucho las crónicas de Mónica Baró. Supe por primera vez de ella a raíz de un premio de periodismo que obtuvo en Medellín,Colombia.Por supuesto, Periodismo de Barrio me gusta mucho también.

    • Gracias Alonso Heredia por leernos. A nosotros también nos duele mucho lo que está ocurriendo, por eso contamos las historias, porque queremos que esas realidades cambien. Y no se puede cambiar lo que no se visibiliza y reconoce. Un abrazo.

    • Señor Alonso Heredia, quizás Usted por no ser cubano y no haber experimentado la realidad de esa “Revolución” no tenga claro lo que ella ha significado para toda nuestra nación. El Régimen de Fidel y Raúl Castro Ruz nunca han sido ni guía, ni faro, ni esperanza para aquellos que buscan el mejoramiento humano, la libertad y el respeto a la Dignidad. Aquí le dejo todos estos hechos y datos sobre lo que ha sucedido en mi Patria, muy fáciles de comprobar, para que el acercamiento a nuestra historia le sea más real y educativo.
      1. En la madrugada del 12 de Enero de 1959 fueron fusilados en la loma San Juan, Santiago de Cuba, 72 personas que fueron condenadas en un juicio sumario sin garantías jurídicas por orden expresa de Raúl Castro. En ese momento la pena de muerte no estaba instituida en la legislación cubana.
      2. El régimen cubano creó y puso en funcionamiento entre 1965 y 1968 campos de trabajo forzado, que bajo las siglas de UMAP (Unidades Militares de Apoyo a la Producción) confinó a cerca de 40 000 personas. A esos campos fueron enviados en calidad de detenidos homosexuales, creyentes de diferentes denominaciones religiosas, opositores políticos, individuos sin vínculo laboral o simplemente jóvenes amantes del rock and roll. Según los pocos documentos que se han podido consultar en esos campos murieron 72 personas por torturas y maltratos (continúa sin saberse la cantidad de ejecuciones), 180 se suicidaron y 507 fueron hospitalizados para recibir tratamiento siquiátrico.
      3. El 6 de Julio de 1980, el Estado cubano ordenó, a través de su secretario del PCC en la provincia de Matanzas, cortar el paso y hundir el Barco “XX Aniversario” en el que viajaban casi 100 personas e intentaron emigrar de la Isla de la Libertad. Este hecho conocido por la Masacre de Río Canimar está muy bien documentado y en él murieron 56 personas cuando fuerzas del ejército dispararon y embistieron el barco con una Draga que fracturó su estructura.
      4. El 13 de Julio de 1994 el régimen de Fidel Castro ordenó el hundimiento del Remolcador “13 de Marzo” en el que un grupo de 72 personas intentaba escapar de la isla. En ese criminal acto perdieron la vida 41 personas, entre ellos 10 niños.
      5. La cifra de fusilados, ejecutados extraoficialmente y desaparecidos en los últimos 57 años de dictadura es de alrededor 4000.
      6. El número de cubanos desaparecidos intentando huir de Cuba y de su dictadura es de casi 15 000 personas aunque no se poseen estadísticas detalladas y el régimen no emite declaraciones al respecto.
      7. La cifra actual de presos políticos en cárceles cubanas es de 89.
      8. El 20 % de la población cubana se ha visto forzada a tomar el camino de la emigración o el exilio. A muchos de esos emigrantes el régimen no les permite visitar su país y reencontrarse con sus seres queridos y amigos. Celia Cruz, la gran sonera cubana no pudo visitar a su madre enferma ni estar presente en sus funerales porque Fidel Castro así lo determinó.
      9. Ese mismo Fidel Castro apoyó la invasiones del ejército soviético a Checoslovaquia en 1968 y Afganistán en 1980, apoyando de manera explícita al imperialismo ruso que todavía hoy sigue vigente y hace apenas 3 años atacó la región de Crimea en Ucrania y se anexó ese territorio. El Estado cubano, ahora encabezado por Raúl Castro también apoya esa anexión violando el derecho internacional.
      10. En Cuba no se celebran elecciones libres, transparentes y plurales desde 1952. Los cubanos no tenemos un presidente o un primer ministro electo desde ese año.
      11. En Cuba solo está legalizado un partido político: el Partido Comunista de Cuba, por tanto no tienen espacio otros partidos como el Socialista, los Verdes, los Demócratas, los Liberales o los Conservadores. Las personas que militan en alguna organización opositora son perseguidos, acosados, atropellados, vejados, encarcelados o asesinados como fue el caso del líder del Movimiento Cristiano de Liberación y premio Sájarov 2002, Oswaldo Payá Sardiñas el 22 de Julio de 2012.
      12. En Cuba todos los medios de comunicación, periódicos, estaciones de radios y de TV, editoriales de libros y revistas pertenecen al gobierno. Cualquier medio independiente se considera ilegal y está sujeto a persecución.
      13. Alrededor del 85 % de la fuerza laboral en Cuba está empleada por el gobierno cubano que paga a sus empleados un promedio de 25 USD mensuales, salario que apenas cubre el 15 % de las necesidades básicas de una persona para vivir modestamente.
      14. En Cuba los sindicatos son controlados por el régimen y en lugar de defender los derechos de sus trabajadores afiliados su misión consiste en recibir órdenes del Partido Comunista y hacerlas cumplir entre sus afiliados. Los obreros que son expulsados de empresas y compañías por motivos políticos no tienen respaldo alguno para su defensa. La clase obrera cubana no tiene derecho a huelga.
      15. En Cuba los poderes judiciales, legislativos y ejecutivos se concentran en una sola persona: antes Fidel Castro, y en estos momentos recaen en su hermano Raúl Castro.
      16. Los sistemas públicos de salud y educación presentan serias dificultades desde hace más de 25 años. Instalaciones en muy mal estado constructivo, falta de personal calificado, graves problemas de higiene y alimentación, déficits de materiales, equipamiento y recursos financieros inciden en el deterioro de la calidad de esos servicios. Esos servicios públicos no son Gratuitos en ningún sentido pues se financian con el dinero del pueblo trabajador que al cobrar tan bajos salarios abona el 80 % del valor generado por sus labores al presupuesto nacional. Fidel Castro, su familia y un grupo selecto de colaboradores reciben atención médica y hospitalaria en instalaciones diferenciadas y clínicas exclusivas donde el resto de los cubanos no tienen acceso. El Régimen también ha dispuesto de Clínicas especiales para tratar enfermos procedentes de otros países y que pagan en dólares sus tratamientos; a esas clínicas tampoco tienen acceso los cubanos de a pie.
      17. El régimen cubano niega a sus ciudadanos el libre acceso a Internet, el flujo diverso informativo, el debate público de ideas y la conectividad a la Red en mi país es de las más bajas del mundo, además de los altísimos precios que hay que pagar por ese servicio.
      18. Durante décadas, el Régimen copresidido por Raúl Castro, entrenó, financió, organizó, armó y en buena medida dirigió grupos guerrilleros y terroristas que provocaron cruentas guerras o realizaron atentados sangrientos en una veintena de países en tres continentes como fueron los casos del Congo, Colombia, El Salvador, Guatemala, Venezuela, Perú, Bolivia, Angola, Etiopía, Líbano, Siria, Palestina o Argentina. El Departamento América, dirigido por el comandante Manuel Piñeiro por varios años, fue el encargado de coordinar, dirigir y financiar esas operaciones subversivas desde Cuba.
      19. La Dictadura cubana y sus principales líderes: Fidel y Raúl Castro Ruz, han participado en el Narcotráfico Internacional aliados al Cartel de Medellín de Pablo Escobar y traficantes cubanos radicados en USA, prestando asesoría logística y respaldo militar a los grupos que enviaban y comercializaban grandes cantidades de Cocaína en USA principalmente. En 1989, tratando de eliminar los vínculos de Fidel y Raúl Castro Ruz con esas actividades delictivas, se ordenó el fusilamiento de Arnaldo Ocho, Tony de la Guardia y sus colaboradores.
      20. En mi país, Cuba, todos aquellos artistas e intelectuales que no muestran o mostraron su lealtad incondicional al Régimen y decidieron ser críticos, emigrar o disentir fueron y son condenados al ostracismo, censurados, amenazados, encarcelados y vejados para callar sus voces. Nombres como los de José Lezama Lima, Virgilio Piñera, Dulce María Loynaz, Lydia Cabrera, Reinaldo Arenas, Heberto Padilla, Guillermo Cabrera Infante, Danilo Maldonado, Amaury Gutiérrez, Celia Cruz, Ángel Santisteban, Bebo Valdés o Paquito de Rivera están incluidos en las listas negras de la cultura

  • Me trae muchísima tristeza leer este reporte, porque no solo ilustra las pésimas condiciones bajo las cuales viven mis compatriotas, pero la resignación con lo que lo hacen. Estar resignados a estas condiciones por la falta de recursos es como una condena, sin embargo, en las fotos se les ve esperanza y aun buen humor. No se si es solamente una ilusión por estar al frente de una cámara.

    Como siempre, Periodismo del Barrio nos deja saber como se vive en Cuba verdaderamente en la actualidad. Ninguna otra publicación nos da los detalles de la vida diaria con tanta claridad. Gracias, Mónica.

  • Mónica Baró y esta plataforma que se hace llamar Periodismo de Barrio lo único que hacen es sembrar el pesimismo y el desaliento. Les gusta y disfrutan el dolor ajeno. No aportan soluciones ni contextualizan sus “historias”. Son, en última instancia, ese seudo periodismo que está tomando alas en la isla.

  • El pesimismo y el desaliento existen en cuba desde antes que Monica naciera. Cuando los hijos de alguien viven con el riesgo de ser aplastados por el techo de la vivienda donde estan hay que ser imbecil para ser optimista.

  • Sanson es cuestión de posicionamientos en la vida. Me queda clara cuál es tu orilla. La mía es la de la Revolución que con más luces que sombras ha hecho grande a la nación. Y por favor, nunca nadie quedó desamparado en Cuba tras un ciclón. Que hay problemas acumulados es verdad. No hay varita mágica para resolverlos cuando se nos hostiga y bloquea desde antes que Monica naciera, algo que por cierto ella nunca dice.

    • PedroPalo, de qué Revolución de Luces estás hablando? En 60 años de Dictadura Castrista nuestro país ha sufrido su peor crisis económica, social y moral, destruyéndose en gran medida la base de la cubanía y sus mejores aportes a la cultura unversal. Pero si te quedan dudas, te mando aquí algunos de los hechos irrefutables de lo que ha sido Cuba con la dirección de los hermanos Castros:

      1. En la madrugada del 12 de Enero de 1959 fueron fusilados en la loma San Juan, Santiago de Cuba, 72 personas que fueron condenadas en un juicio sumario sin garantías jurídicas por orden expresa de Raúl Castro. En ese momento la pena de muerte no estaba instituida en la legislación cubana.
      2. El régimen cubano creó y puso en funcionamiento entre 1965 y 1968 campos de trabajo forzado, que bajo las siglas de UMAP (Unidades Militares de Apoyo a la Producción) confinó a cerca de 40 000 personas. A esos campos fueron enviados en calidad de detenidos homosexuales, creyentes de diferentes denominaciones religiosas, opositores políticos, individuos sin vínculo laboral o simplemente jóvenes amantes del rock and roll. Según los pocos documentos que se han podido consultar en esos campos murieron 72 personas por torturas y maltratos (continúa sin saberse la cantidad de ejecuciones), 180 se suicidaron y 507 fueron hospitalizados para recibir tratamiento siquiátrico.
      3. El 6 de Julio de 1980, el Estado cubano ordenó, a través de su secretario del PCC en la provincia de Matanzas, cortar el paso y hundir el Barco “XX Aniversario” en el que viajaban casi 100 personas e intentaron emigrar de la Isla de la Libertad. Este hecho conocido por la Masacre de Río Canimar está muy bien documentado y en él murieron 56 personas cuando fuerzas del ejército dispararon y embistieron el barco con una Draga que fracturó su estructura.
      4. El 13 de Julio de 1994 el régimen de Fidel Castro ordenó el hundimiento del Remolcador “13 de Marzo” en el que un grupo de 72 personas intentaba escapar de la isla. En ese criminal acto perdieron la vida 41 personas, entre ellos 10 niños.
      5. La cifra de fusilados, ejecutados extraoficialmente y desaparecidos en los últimos 57 años de dictadura es de alrededor 4000.
      6. El número de cubanos desaparecidos intentando huir de Cuba y de su dictadura es de casi 15 000 personas aunque no se poseen estadísticas detalladas y el régimen no emite declaraciones al respecto.
      7. La cifra actual de presos políticos en cárceles cubanas es de 89.
      8. El 20 % de la población cubana se ha visto forzada a tomar el camino de la emigración o el exilio. A muchos de esos emigrantes el régimen no les permite visitar su país y reencontrarse con sus seres queridos y amigos. Celia Cruz, la gran sonera cubana no pudo visitar a su madre enferma ni estar presente en sus funerales porque Fidel Castro así lo determinó.
      9. Ese mismo Fidel Castro apoyó la invasiones del ejército soviético a Checoslovaquia en 1968 y Afganistán en 1980, apoyando de manera explícita al imperialismo ruso que todavía hoy sigue vigente y hace apenas 3 años atacó la región de Crimea en Ucrania y se anexó ese territorio. El Estado cubano, ahora encabezado por Raúl Castro también apoya esa anexión violando el derecho internacional.
      10. En Cuba no se celebran elecciones libres, transparentes y plurales desde 1952. Los cubanos no tenemos un presidente o un primer ministro electo desde ese año.
      11. En Cuba solo está legalizado un partido político: el Partido Comunista de Cuba, por tanto no tienen espacio otros partidos como el Socialista, los Verdes, los Demócratas, los Liberales o los Conservadores. Las personas que militan en alguna organización opositora son perseguidos, acosados, atropellados, vejados, encarcelados o asesinados como fue el caso del líder del Movimiento Cristiano de Liberación y premio Sájarov 2002, Oswaldo Payá Sardiñas el 22 de Julio de 2012.
      12. En Cuba todos los medios de comunicación, periódicos, estaciones de radios y de TV, editoriales de libros y revistas pertenecen al gobierno. Cualquier medio independiente se considera ilegal y está sujeto a persecución.
      13. Alrededor del 85 % de la fuerza laboral en Cuba está empleada por el gobierno cubano que paga a sus empleados un promedio de 25 USD mensuales, salario que apenas cubre el 15 % de las necesidades básicas de una persona para vivir modestamente.
      14. En Cuba los sindicatos son controlados por el régimen y en lugar de defender los derechos de sus trabajadores afiliados su misión consiste en recibir órdenes del Partido Comunista y hacerlas cumplir entre sus afiliados. Los obreros que son expulsados de empresas y compañías por motivos políticos no tienen respaldo alguno para su defensa. La clase obrera cubana no tiene derecho a huelga.
      15. En Cuba los poderes judiciales, legislativos y ejecutivos se concentran en una sola persona: antes Fidel Castro, y en estos momentos recaen en su hermano Raúl Castro.
      16. Los sistemas públicos de salud y educación presentan serias dificultades desde hace más de 25 años. Instalaciones en muy mal estado constructivo, falta de personal calificado, graves problemas de higiene y alimentación, déficits de materiales, equipamiento y recursos financieros inciden en el deterioro de la calidad de esos servicios. Esos servicios públicos no son Gratuitos en ningún sentido pues se financian con el dinero del pueblo trabajador que al cobrar tan bajos salarios abona el 80 % del valor generado por sus labores al presupuesto nacional. Fidel Castro, su familia y un grupo selecto de colaboradores reciben atención médica y hospitalaria en instalaciones diferenciadas y clínicas exclusivas donde el resto de los cubanos no tienen acceso. El Régimen también ha dispuesto de Clínicas especiales para tratar enfermos procedentes de otros países y que pagan en dólares sus tratamientos; a esas clínicas tampoco tienen acceso los cubanos de a pie.
      17. El régimen cubano niega a sus ciudadanos el libre acceso a Internet, el flujo diverso informativo, el debate público de ideas y la conectividad a la Red en mi país es de las más bajas del mundo, además de los altísimos precios que hay que pagar por ese servicio.
      18. Durante décadas, el Régimen copresidido por Raúl Castro, entrenó, financió, organizó, armó y en buena medida dirigió grupos guerrilleros y terroristas que provocaron cruentas guerras o realizaron atentados sangrientos en una veintena de países en tres continentes como fueron los casos del Congo, Colombia, El Salvador, Guatemala, Venezuela, Perú, Bolivia, Angola, Etiopía, Líbano, Siria, Palestina o Argentina. El Departamento América, dirigido por el comandante Manuel Piñeiro por varios años, fue el encargado de coordinar, dirigir y financiar esas operaciones subversivas desde Cuba.
      19. La Dictadura cubana y sus principales líderes: Fidel y Raúl Castro Ruz, han participado en el Narcotráfico Internacional aliados al Cartel de Medellín de Pablo Escobar y traficantes cubanos radicados en USA, prestando asesoría logística y respaldo militar a los grupos que enviaban y comercializaban grandes cantidades de Cocaína en USA principalmente. En 1989, tratando de eliminar los vínculos de Fidel y Raúl Castro Ruz con esas actividades delictivas, se ordenó el fusilamiento de Arnaldo Ocho, Tony de la Guardia y sus colaboradores.
      20. En mi país, Cuba, todos aquellos artistas e intelectuales que no muestran o mostraron su lealtad incondicional al Régimen y decidieron ser críticos, emigrar o disentir fueron y son condenados al ostracismo, censurados, amenazados, encarcelados y vejados para callar sus voces. Nombres como los de José Lezama Lima, Virgilio Piñera, Dulce María Loynaz, Lydia Cabrera, Reinaldo Arenas, Heberto Padilla, Guillermo Cabrera Infante, Danilo Maldonado, Amaury Gutiérrez, Celia Cruz, Ángel Santisteban, Bebo Valdés o Paquito de Rivera están incluidos en las listas negras de la cultura cubana.

  • Tu “orilla” es la de defender un regimen dictatorial que no tolera desacuerdos y repite la misms mentira desde decadas. En cuba la gente esta desamparada sin necesidad de ciclones. Los salarios de miseria, la imposicion historica de leyes absurdas, la represion. Tu orilla es repetir lo que el poder dice sin aportar nada de tu propio cerebro.
    Y te repito : “El pesimismo y el desaliento existen en cuba desde antes que Monica naciera. Cuando los hijos de alguien viven con el riesgo de ser aplastados por el techo de la vivienda donde estan hay que ser imbecil para ser optimista”

  • Sanson: No entiendo por qué pierdes la compostura. Será que no toleras que alguien piense y escriba distinto a ti?. Sea lo que sea, me queda más que claro lo que buscar y quieres desde tu orilla, que probablemente sea la cloaca de Miami. Y te reitero son la gente como tú y Mónika, y este seudo periódico, quienes quieren sembrar la disidía y el desaliento entre nuestra gente. No lo van a lograr. Los vamos a derrotar como siempre hemos hecho a lo largo de casi 60 años. Somos mayoría Sanson, así que pásate por la barbería a cortarte el pelo. Ustedes NO PASARAN.

      • Confesiones de un cubano de a pie.

        pedro palo 18 septiembre, 2017 at 5:54 pm
        Alexei Padilla..no eres Dios…tu juzgas desde la intolerancia…me parece que a quien molestan las opiniones distintas es a ti q te crees depositario de la verdad y la razñon. Y por favor, aparta el instinto de persecución porq no soy agente ni funcionario…soy un cubano de a pie pero rojo rojito…no soy blanco ni gusan

  • Tiene razon. los funcionarios publicos a ese nivel no se roban el dinero. En Cuba las transaciones de negocios se hacen con favores y las llaman ‘resolver’ lo cual es un ufemismo de robar. El dinero se lo roban los altos dirigentes del regimen los cuales an estado en el poder por mas de medio siglo. El dinero es robado cuando las riquezas producidas por le pueblo fueron invertidas en las guerras de Angolo, Etiopia, Argelia, El Salvador, Colombia y todos los movimientos terroristas alrededor del mundo. La deuda externa de Cuba es enorme y cae sobre los hombros de estas pobres personas. Siguen robando cuando no permiten que las riendas del pais pase a personas mas capacitadas y menos viciadas por el poder. Recuerde que el poder es placer maximo, y el dinero es lo que lo mantiene.

  • Mónica, me gustaría saber qué ha sucedido con todas esas personas relacionadas en su crónica. Le sugiero humildemente que no se quede en el mero hecho descriptivo, y que entreviste e indague en la otra parte: La parte del “Gobierno cubano”. Qué respuesta dan a esto? Cuándo van a resolver problemas tan urgentes? Por qué hay recursos para Hoteles, Campos del Golf, Villas para turistas, majestuosos Centros Comerciales como la manzana Kempinski (O manzana de la discordia) y no aparecen la arena, el cemento, los ladrillos y el acero para reparar y construir casas para los cubanos? Hay recursos para todos o no “Todos” somos iiguales? Y si ese “Gobierno” se rehusa conceder una entrevista para hablar de estos temas, o si rechazan cualquier información al respecto, hágalo saber a la opinión pública, a sus lectores. Saludos de Ernesto

    • Hola Ernesto, no había visto su comentario. Las preguntas que sugiere son muy necesarias, pero indagar en por qué Cuba invierte recursos a nivel nacional en unas cosas y no en otras implicaría otro trabajo con otra estrategia de fuentes. Para esta historia las fuentes gubernamentales eran locales y esas fuentes no toman ese tipo de decisiones, por tanto, hubiera sido inútil hacerle esas preguntas porque no tienen esas respuestas ni son quienes deciden el presupuesto del Estado ni las inversiones. De todas maneras, tendré en cuenta sus preguntas para ver si en algún momento hago un trabajo desde esa perspectiva. Saludos!

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